Hoy es el primer día de mi vigésimo segunda vuelta al sol, y me siento bien, cambiada pero para mejor. El yoga, la meditación, los mantras y demás han entrado en mi vida por la puerta grande hace unas semanas, y agradezco que eso haya ocurrido.
Necesitaba ver algo más dentro, conocerme un poquito mejor y descubrir partes de mi ser que no conocía. No creo que me baje de este barco en todo lo que me quede de vida, pero si así lo hiciera, aprovecharé el viaje para aprender y sobre todo, para crecer.

A veces creo que en lugar de vivir, sólo existo. Lo odio, tan sólo existir es horrible, intentas hacer cualquier cosa con pasión, pero no puedes, siempre parece que ya lo hayas hecho mil veces antes. 

Aun así, los pocos momentos que vivo de verdad, son gracias a la gente que tengo a mi lado, y si sigo cada día con una sonrisa en la cara es por ellos también, porque hay días en los que no me apetece sonreir y lo hago porque aun día una persona a la que considero muy sabia me dijo: "sonríe siempre, no sabes a quién puedes alegrar el día con tu sonrisa, a quién puedes enamorar o a quién puedes engañar". Debe ser por eso, que pese a todas las cosas que pasan por mi vida y que muchas veces me hacen daño, sonrío.

Todo el mundo debería tener una luz en su interior que le diera la vida, la energía y las ganas de seguir, desgraciadamente no todos tienen esa luz a pleno rendimiento, en algunos está débil, en otros no brilla ya, quizás otros hace mucho que no la cuidan y ha dejado de lucir como debería.
Espero que todas esas personas que tienen falta de luz para brillar, encuentren a alguien que les aporte su luz y que cuando estén tristes, frágiles, y sobretodo para cuando estén perdidas, tengan una luz a la que seguir. Un faro al que llegar y que nos resguarde del frío que se siente con el miedo, con la soledad o con la tristeza.
Desearía que todo el mundo tuviera un lugar cálido al que ir, que siempre nos aguardara con cariño y que nos protegiera de nuestros propios males y de los ajenos.
Quiero seguir teniendo ese lugar que tanto me costó encontrar, esa habitación en tu corazón amurallada por tus brazos que nunca quiero abandonar. Ojalá pudiera pasar más noches en ella, contigo, abrazado a mi y acurrucada en ti, sin sufrir, sin estar perdida y sin pensar en exceso.
Espero que tu luz nunca deje de brillar ya que mi propia luz, es demasiado débil sin la tuya.

Es totalmente ilógico, pero lo pienso. Que ella le quiere y que sigue ahí de un modo, la odio pero no de un modo visceral, si no que, lo hago porque ella estuvo ahí cuando yo fui una ingrata y lo abandoné.

Debería darle las gracias, pero me es imposible. Todas las preguntas que pueden surgir, aparecen y aunque intento sacarlas de mi mente, soy incapaz porque sé que ella está ahí, todavía y que de algún modo merece estar ahí.

Necesito preguntar cosas y que me den respuesta, pero no me atrevo porque las respuestas me pueden hacer daño y porque temo que él se ofenda. 

Pienso demasiado, lo sé, pero no puedo evitar no-pensar...

Sobretodo por las noche, pienso muchísimo, más de lo que debería. En mis errores, pero solo en los que he cometido respecto a ti, cuando me arriesgué a perderte por ser una idiota y no saber hacer las cosas bien.

No quiero pensarlo, pero no puedo evitarlo. Sé que no debo preguntármelo pero por las noches lo hago y si no lo hace mi consciente, ya se encarga el subconsciente de hacerlo como sueños, o mejor dicho, en forma de pesadillas de las que no consigo despertarme hasta que esa oscuridad me suelta porque se siente realizada, porque cree que me ha hecho bastante daño, y cuando me despierto lo hago bañada en un sudor frío que incluso en las noches más cálidas me obliga a taparme y acurrucarme como si fuese una niña pequeña. 

Lo evito, evito pensar en esos desiertos de tu vida en los que yo no estaba, en los que te dejé porque no era persona tan siquiera ... esos desiertos en los que construiste oasis para las mujeres que en ese momento te importaban y querías, de un modo u otro. Es un pasado que no quiero conocer, pero soy tan curiosa como los gatos aunque tengo miedo a que me mate. 

Esos desiertos arruinan mis noches, preguntándome qué pasó y qué no pasó.

Tal vez hace demasiado tiempo que no escribo y por eso las cosas se han liado tanto en mi cabeza que mis sueños ahora siempre son pesadillas y que mis ojos brillan por el reflejo de la luz en mis lágrimas. No entiendo qué es lo que me pasa, no sé cómo soy tan siquiera capaz de vivir con todo este miedo que se mete en mi cuando menos lo espero. Hay dias en los que solo quiero acurrucarme en la cama e intentar pensar en el vacío pero eso es lo peor que hacer porque todos los miedos me atacan de repente y sin medida.
Ahora mismo, tengo todo lo que puedo desear, no me falta nada para ser feliz pero como una vez me dijo una sabia mujer, la vida nunca lo da todo si no es para quitarte algo después ... tengo pánico de pensar en qué puede ser lo que me vaya a quitar.
Pese a todo, sigue siendo todo un lío, un tremendo lío.

Aun no entiendo porqué a día de hoy me duele pensar que te han deseado tantas mujeres, pero me duele aun más saber cuántas ha cumplido ese deseo. Saber que alguna vez una mujer fue la más bella para ti me duele, pero es horrible sentirse así y no entender porqué; ya que después de tantos años es absurdo pensar en ello, pero lo hago sin pretenderlo.

Pensar que mientras yo leía y releía cada noche los mensajes que durante un tiempo más feliz me habías mandado, tú le enviabas mensajes igual de hermosos a otra, provoca que un nudo se forme en mi garganta. Te quiero y sé que tú también, pero supongo que el saber que el amor de mi vida ha besado a tantas mujeres antes de besarme a mi y hacerme sentir como lo hace cada día desde entonces, no es del todo cómodo.