Me siento afortunada al poder decir que tengo un tío que toca obras tan preciosas que te hacen desean volver años atrás cuando aun tenías esas puntas que ahora tanto deseas y que en aquel entonces te obligaron a abandonar, dejando allí junto a ellas tu sueño. Aun así, cuando escucho la música y sobretodo si la toca él. Es algo mágico que no puedo describir con palabras porque llevo viviéndolo desde pequeña. En mi casa siempre he estado rodeada de música clásica de acordes, compases, sonetos, codas y fugas; siempre podía ponerme mis zapatillas o mis puntas y soñar que estaba en un gran escenario sola, junto con él al piano.
Él (concierto NY).